La realidad del Paraguay
Creencias
En el siguiente ensayo,
estaré tratando el tema de las creencias del Paraguay. Para empezar, Paraguay
es un país ubicado en el Norte y Noreste del Cono Sur de Sudamérica.
Cuenta con una población de 6.459.058
habitantes aproximadamente, de los cuales se cree que unos 400.000 no están
inscriptos.
Paraguay es un Estado democrático,
unitario y laico. ¿Qué es “laico”? Aconfesional, dícese de no tener ninguna
religión. Para confirmarlo nos podemos dirigir a la Constitución Nacional, art.
24. Ahí se habla claramente de la neutralidad del Estado con la religión. Pero
si nos fijamos en el preámbulo, se nombra e invoca a Dios. ¿Qué ocurre con los
paraguayos ateos? ¿Es realmente el Paraguay un país laico? ¿Qué podemos decir
de los feriados nacionales? Día de la Virgen de Caacupé, jueves y viernes
Santo, navidad…
Hay mucho de qué hablar sobre el
Paraguay, pero un tema muy llamativo, es la religiosidad del país. Para
adentrarnos en las creencias de nuestro país, debemos analizar algunos puntos
del concepto “creencia”. Las creencias religiosas se refieren a un estado
mental en el que se pone la fe en algo sobrenatural, sagrado o divino. Tal
estado se relaciona con:
• La existencia, características y culto hacia
una deidad o deidades;
•La
intervención divina en el universo y la vida humana (Providencia)
•Los
valores y prácticas centradas en las enseñanzas de un líder espiritual
Las personas necesitan, en su gran mayoría, un
Ser Superior, o alguien en quien creer o fundamentar sus pasos… En nuestro
país, eso es evidente.
Una
frase de Albert Einstein dice así: “El hombre encuentra a Dios detrás de cada
puerta que la ciencia logra abrir.”
Sabemos que en cada país, hay una religión que
domina el territorio, en cantidad. Como por ejemplo, el budismo o el sintoísmo
en el oriente.
En el Paraguay, se adoptó el cristianismo
(catolicismo) como religión general, pues la gran mayoría, mas por tradición
que por religión, adoptan el catolicismo de sus padres, abuelos, antepasados.
Un informe revela que el catolicismo romano
ibérico fue llevado a Paraguay por los conquistadores españoles y un decreto
papal creó el obispado de nuestra Señora de la Asunción en 1547, once años
después de la fundación de la capital Asunción por Juan de Ayolas. El primer
obispo fue el Padre Pedro de La Torre, franciscano, quien llegó a Asunción en
1555 durante la segunda administración de Martínez de Irala. La diócesis
dependía directamente de la Santa Sede en Roma, y su jurisdicción se extendía
sobre el territorio del Río de la Plata, que fue dividido en 102 parroquias,
seis de las cuales se localizaban en la capital. La actual Catedral de Asunción
fue formalmente dedicada el 27 de octubre de 1845.
Según
algunos censos y estadísticas
Hoy
día, la afiliación religiosa en Paraguay, es dominada por la Iglesia
Católica
Romana (89.6 por ciento), con solamente una pequeña representación de otros
grupos religiosos:
Protestantes (6.2 por ciento)
Otras religiones (2.1 por ciento)
Ninguna o indecisos (2.1 por ciento).
Sin embargo, una encuesta de 2006, indica que
el 84.7 por ciento de los que respondieron se consideran católicos, lo que
implica un descenso de cinco puntos porcentuales desde 2002.
Con esto no se llega a concluir en que los
paraguayos sean todos de la misma fe, no. Solo se da a entender que gran parte
de la población adoptan estas creencias; ya sea por la cantidad de iglesias
católicas que hay en el país, como la fuerte participación del pueblo ante
cualquier acontecimiento de estilo religioso. Como en navidad, el nacimiento de
Cristo, o en San Juan…
La Virgen
María, o aquí mejor referida como Virgen de Caacupé, es la Patrona del Paraguay.
De hecho, como ya se sabe es considerada como la más importante dentro del
devocionario católico por su leyenda, que relata un milagro ocurrido en la
ciudad de Caacupé, donde vivía un
escultor guaraní que fue convertido al catolicismo por los misioneros jesuitas.
En una ocasión, cuando el indio volvía del Valle Ytú con un trozo de madera de
muy buena calidad, dijo que se había encontrado involuntariamente con unos
indios de una tribu mbayá a los que se les consideraba muy peligrosos. Dijo
haberle prometido a la Virgen María que
si los mbayás no lo atrapaban esculpiría una imagen de ella y la veneraría.
Entonces dijo que se le apareció la propia Virgen María en persona y le gritó
en guaraní “¡Kaaguy kupépe!” que significa “vete detrás de los arbustos de
yerba mate”. El indio corrió y se escondió detrás de un gran tronco, y prometió
que con la madera protectora tallaría a la Virgen. Él se encontraba en trance
por lo ocurrido. Luego de este suceso, los misioneros jesuitas afirmaban que
detrás del lugar donde ocurrió el suceso
comenzó a brotar agua, y que esa agua había salvado a muchos guaraníes ante el
calor del verano. Años después, la gran inundación que creó el lago de
Ypacaraý amenazaba con destruir los poblados cercanos. Los frailes
franciscanos, acompañados de los habitantes de la región, organizaron rogativas
pidiendo la tranquilidad de las aguas. El padre Luis de Bolaños bendijo las
aguas y —como cada año— éstas retrocedieron hasta sus límites actuales. Pero en
esta ocasión apareció flotando la imagen de la Virgen, que los misioneros
dijeron que era la de la misión de Tobatí, la misma que el indio desconocido
talló años atrás. Desde entonces el pueblo la llamó la Virgen de los Milagros.
El indio desconocido se había
instalado con su familia en ese sitio. Construyó un humilde oratorio, que como
un imán atrajo a los supersticiosos pobladores de su entorno, constituyéndose
un poblado conocido primeramente como Los Ytuenses. Hacia 1765, la zona ya era
conocida como el Valle de Caacupé. El 4 de abril de 1770, se toma como
referencia para la fundación del pueblo de Caacupé.
Hasta el día de hoy, la Virgen es muy
respetada y es normal ver su imagen en distintas partes de nuestro país. Su
imagen tiene un simbolismo muy adaptado a los paraguayos: su rostro moreno
(cruza entre la raza indígena guaraní y la blanca europea) es típico de la
mujer paraguaya, su mirada maternal (que muestra que cuida a sus hijos), su
corona tiene la estrella de la mañana, su pelo largo que cae hasta su espalda,
refleja perfectamente a la mujer aborigen, su manto está adornado con flores
originarias de las zonas tropicales, la “Pasiflora”, flor que los indígenas
tomaban como señal de la fertilidad de la tierra en sus migraciones, la imagen
de la Virgen está de pie, pisando una serpiente sobre el globo terráqueo azul
con tres estrellas doradas y la cinta con los colores de la bandera paraguaya. Vemos
que el simbolismo es múltiple.
Los paraguayos, especialmente las personas del
interior, van anualmente a peregrinar a Caacupé, para pagar sus promesas, cada
8 de diciembre.
Paraguay, entonces, es un país donde gran
parte de la población es muy supersticiosa, y se cree firmemente en los
milagros.
Anteriormente, en el país era una tradición
infaltable recibir la bendición de los padres antes de salir de la casa, pero
eso, con otras muchas tradiciones dejó de ser muy utilizada con el paso del
tiempo. El fanatismo religioso de muchos ancianos es una clara muestra de que
anteriormente, la religión se tomaba como algo más serio. Pero hoy día, quizá
por la gran cantidad de extranjeros en el país, o por un cambio de pensamiento
colectivo, se vive en una mayor libertad religiosa que en otros tiempos. Para muchas
personas hablar de religión sigue siendo un tema tabú, aunque no lo crean así.
La diversidad de cultura trajo nuevas costumbres o adaptaciones al país,
trayendo así, nuevos pensamientos espirituales; es ahí donde viene el tema incomodo,
esa variedad de religiones que se debe respetar, pero muchos, etnocentricamente
creen que otras religiones o creencias son falsas, por el simple hecho de ser
diferentes a las suyas.
El paraguayo, sigue mostrando un carácter
cerrado sobre este tema, tachando el ocultismo como satanismo, el ateísmo como
pensamiento equívoco, las creencias metafísicas como algo demoníaco. Esos son
simples prejuicios demostrados por un carácter ignorante sobre estos temas y
una posición egoísta e irrespetuosa para con el prójimo.
Entrando en el tema del ocultismo, en el
Paraguay no siempre fue el catolicismo lo más dominante. Viniendo de nuestros
antepasados los guaraníes, tenemos una creencia que sobrevive con el tiempo,
aunque no es muy conocida, no porque no sea muy practicada, sino muy por el
contrario, porque es un tema tabú que relaciona esta creencia directamente como
algo malo o peligroso. Ésta creencia es el Payé (un vocablo guaraní). Esta
palabra significa en guaraní “maleficio o embrujo”. Tradicionalmente se lo
asocia con los ´trabajos` que realiza el curandero a pedido de alguien, el
resultado de este embrujo depende de la intención de la persona que lo
requiere. Por lo general se realiza para lograr un mal sobre alguien, aunque también
se le dice Payé al trabajo realizado para contrarrestar el embrujo malo.
Comúnmente se los hace con
las prendas de la "víctima", si son íntimas mejor, y si las usó
recientemente y no están lavadas el "payé" es más efectivo. También
se utilizan saquitos donde se colocan medallas de santos, y si estas medallas
están bendecidas por un sacerdote tienen más fuerza; se les agregan piedras,
huesos, estampas, etc. La pluma del Cabureí, un ave de rapiña de pequeña talla,
similar a la lechuza pero más pequeña, es considerada un elemento muy poderoso
para realizar el "payé" y en especial cuando se la utiliza como
talismán. La confianza que los correntinos poseen en el "payé" es tan
ciega que cuando no dan el resultado esperado, se lo atribuye a defectos en su
confección o a que, del otro lado, la persona a la que debía afectar tiene un
"Payé" más poderoso.
Sin duda alguna, el payé más
popular es el destinado a obtener favores amorosos. Generalmente, en su
confección se utilizan prendas de la persona a la que se desea enamorar, si son
íntimas mejor.
Muchas veces el payé ejerce
su acción maléfica contra su poseedor. Ese problema se soluciona, muchas veces,
dejando de lado el amuleto, pero en oportunidades el desasosiego, la
nerviosidad que produce tal desgracia continúa, por lo que es necesario
recurrir al payesero a fin de que lo quiebre. En estos casos se aconseja que el
payé enojado se deba destruir en las primeras luces de un día viernes e
inmediatamente beber la infusión que el payesero le prepara utilizando la
contrayerba que crece entre los pastos y que no es fácil de encontrar.
Notable es la influencia que
tiene el payé en los campos correntinos y del litoral en general. Pocos son los
asuntos que se encaran sin el auxilio del payé adecuado. Ninguna gestión de
amores se inicia si antes no se logró el apoyo del payé específico. Todas las
situaciones de la vida necesitan y tienen sus payés: para andar bien en el
trabajo y ganar dinero, para realizar las tareas del campo con maestría, para
andar bien en amores, para salir airosos en las peleas, etc. Pero los antiguos
atribuían poderes de Payé a muchos elementos: plantas, animales y hasta
piedras, hoy también se extiende este significado a otros elementos: fotos,
muñecos, o cualquier cosa sobre la que se realice el famoso “trabajo”.
Aparte de esa creencia “oscura” del paraguayo,
es muy normal ver en las despensas del país, en las casas, en las puertas, en
las calles, imágenes de Santos a los que se les tiene mucha confianza, o
farmacias con sus nombres, colegios, entre otros muchos lugares.
En el Paraguay, los Santos más conocidos son:
San Blas. Algunos lo invocan hacia el interior
como protector de los ganados, o de los dolores de garganta.
San Antonio, que te consigue pareja al
voltearlo al revés.
San Miguel (Arcángel protector).
Santa Rita (De los casos imposibles).
San Roque (Concede favores a los pobres).
San Expedito (Para las causas urgentes).
Santa Teresita (con vocación del amor).
Virgen del Perpetuo Socorro (quien efectúa
muchos milagros).
La Virgen de la Rosa Mística (protectora de
los hogares católicos y para los viajes)
San Rafael (Arcángel de la
salud)
Santa Ana
San Cayetano
San Francisco y muchos más.
No podemos decir que Paraguay es un país
retrogrado, pues aunque no sean muy conocidas, aquí se practican muchas de las
religiones que en otros países son familiares. Eso, podemos atribuir a la
diversidad de cultura, y podemos decir que es un punto positivo para nuestro
país. ¿Por qué? Porque el Paraguay lentamente fue soltando ese cordón que lo
mantenía atado a su tradición, no abandonándola completamente, sino aceptando
otras con los brazos abiertos. Entre esas creencias, podemos introducir a la
metafísica. Que en otros tiempos era un tema tabú, por la ignorancia de
confundirlo con demonismo. Eso sería el punto negativo del paraguayo en este
aspecto. Porque sin conocer realmente de que se trata, lo juzga y lo evita por
ser simplemente desconocido. Es normal que aquí en el país, al saber que una
persona cree en metafísica, instantáneamente crean que la persona está perdida,
o alejada de Dios.
En
Paraguay, existe una Escuela metafísica llamada Señora Guaraní, es de acceso
libre y formado por donaciones voluntarias. También, aquí cerca del colegio, se
solían reunir los masones. La “Gran Logia de libres y aceptados masones en
Paraguay”.
La problemática
del Paraguay en relación a las creencias, es que aún hay mucha falta de respeto
por las elecciones de uno. Aunque Repúblicamente toda religión es libre, por
ser un país democrático, no se puede negar que siguen habiendo muchos
prejuicios de parte del pueblo paraguayo. No solo con las religiones o
creencias que uno toma, sino también con sus posturas, por lo que mucha gente
ofende a las personas ateas, solo por su posición. Debemos aceptar que cada uno
es libre, y las creencias abundan, por lo que deberíamos de preocuparnos de
hallar una que se adecue a nuestras necesidades sin desarmonizar a las
personas. Tratando de respetar y conocer más sobre este punto podemos poner
nuestro granito de arena para que el Paraguay pierda su ignorancia y su miedo a
conocer cosas nuevas o a aceptar algo diferente.
Empecemos ya, a aceptar y respetar a nuestro compañero ateo, a nuestro director budista, a nuestro vecino budista, a nuestro presidente católico; porque lo que empieza con una polémica discución por la religión, puede seguir con insultos, golpes, y si miramos más ampliamente puede traer guerras y muertes a inoscentes.
El etnocentrismo trae muchos males, detengámos ya la discriminación de credos.
Concluyendo con esto, podemos estar
orgullosos de nuestro país por el gran avance que hubo en una gran ampliación
de religiones, grupos y sectas que son formadas en nuestro país.
Una
frase de Epicteto dice así: "Engrandecerás a tu pueblo no elevando los
tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes."
La respuesta siempre está en nuestro interior.
Gracias
Fuentes:
ENCICLOPEDIA DE GRUPOS RELIGIOSOS EN LAS AMERICAS Y LA
PENINSULA IBERICA: RELIGIÓN EN PARAGUAY (Clifton L. Holland, Director de
PROLADES)