jueves, 4 de abril de 2013

El buen combate


El Buen Combate es aquel entablado en nombre de  nuestros sueños.  Cuando explotan dentro de nosotros, con todo su vigor, en la juventud, tenemos mucho coraje pero todavia no hemos aprendido a luchar. Después de mucho esfuerzo, hemos aprendido a luchar pero ya no tenemos el mismo coraje para combatir. Por eso, nos volvemos contra nosotros mismos y pasamos a ser nuestro propio peor enemigo. Decimos que nuestros sueños eran infantiles, difíciles de realizar o fruto de nuestra ignorancia de de las realidades de la vida. Matamos nuestros sueños porque tenemos miedo de entablar el Buen Combate.
El primer síntoma de que estamos matando nuestro sueños es la falta de tiempo. Las personas más ocupadas que he conocido en la vida siempre tenían tiempo para todo. Las que nada hacían estaban siempre cansadas, no conseguían realizar el poco trabajo que tenían y se quejaban constantemente de que el día era demasiado corto. En verdad, tenían miedo de enfrentarse con el Buen Combate.
El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. Porque no queremos considerar la vida como una gran aventura para ser vivida. Pasamos a juzgarnos sabios, justos, correctos en lo poco que pedimos de la existencia. Miramos más allá de las murallas y escuchamos el ruido de las lanzas que se rompen, el olor de sudor y de pólvora, las grandes caídas y las miradas sedientas de conquistas de los guerreros. Pero nunca notamos la alegría, la inmensa alegría que está en el corazón del que está luchando, porque para ellos no importan ni la victoria ni la derrota, importa sólo participar del Buen Combate.

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