jueves, 6 de junio de 2013

Dos polos familiares

La familia es la base principal de toda sociedad. Anteriormente, las familias eran más tradicionales, pero hoy, por el fuerte impulso individualista y la falta de tiempo es todo un reto conservar la familia en valores y responsabilidad. 
 Para comprender mejor ambos polos familiares, a continuación, los modelos:
Una familia basada en valores y amor


La carga principal recae siempre sobre los padres, y son AMBOS quienes tienen el deber y la obligación de educar correctamente. 
La pareja debe ser fuerte, madura, responsable, para reflejarlo en los hijos. El trato en la casa, el tono de voz, las palabras expresadas deben ser pulcras y correctas, pues los hijos lo imitarán, además, en un ambiente de paz, amor, comprensión y bondad, el terreno para una vida y mente sana ganan espacio. Si la familia se fortalece en el hogar, será más fácil para cada miembro afrontar la vida afuera, ya sea laboral o escolar. Nada es imposible con tolerancia y respeto. amor.
 La comunicación es esencial. Para comenzar correctamente el día, sería perfecto que la familia pueda sentarse en la mesa a desayunar, si eso es imposible, al menos una comida al día, donde los padres conversen con los hijos, y se comuniquen las actividades realizadas. El preguntar ¿Cómo te fue hoy?, es un punto clave, así, si durante el día ocurrieron inconvenientes a algún miembro de la familia, compartirlas los hará saber que no están solos, y que siempre están protegidos. El control sobre la tecnología también es muy importante, aunque el internet es una herramienta sumamente importante, los padres deberían de controlar los movimientos de sus hijos, y aconsejarlos constantemente sobre el peligro del uso incorrecto de las redes sociales. Esto no quiere decir, ir al otro extremo. Los jóvenes necesitan un espacio personal, por lo que la confianza de los padres es algo primordial. Si el hijo siente que sus padres lo aman, lo apoyan, y siempre están presentes, de buena manera, es probable que sea más fácil conversar y compartir sobre sus asuntos personales. 
 La relación entre la pareja tampoco debe ser descuidada, bajo ningún motivo. 
 Si las familias se esfuerzan por llevar una vida armónica, y demostrarlo así a los hijos, ellos estarán listos para salir al mundo real de manera firme y segura.

Una familia sin principios 
No es difícil encontrar familias sin moral y ética en estos tiempos, y tampoco es fácil mantener el control de una. Si la familia va mal encaminada, el proceso de cambio es arduo y lento, pero con la suficiente determinación y amor, todo árbol mal enderezado puede cambiar su universo entero y volver a empezar. Los errores más comunes son, desde la falta de tiempo, el estrés laboral llevado al hogar, la poca colaboración como pareja, la rebeldía de los hijos y la falta de amor en sí, que ocurre en muy pocos casos. Los padres, primeramente deben mirar su interior, cambiar lo negativo en sí mismos y reflejarlo en los miembros de la familia. Es inevitable que los adolescentes presenten etapas de complicaciones, pero no se debe desistir, en cada escalón, los padres deben estar presentes, solo así los hijos llegarán a la cima. Por más estrés que carguen en los hombros los padres, deben hacer un gran esfuerzo por sonreír a las circunstancias  y dar lo mejor de sí a los miembros de la familia. 
 Los errores principales residen en la indiferencia de los miembros, cuando cada uno vela por su propio bienestar, y no encuentran placer en las actividades familiares. 
 Los miembros de la familia que intentan sostener la base, suelen frustrarse al notar que nadie hace nada por mejorar la situación, pero es ahí cuando presenta el verdadero reto: En intentarlo hasta lograrlo, TODO EN ESTA VIDA ES UN RETO, para conseguir el objetivo es necesario luchar, llorar, caerse, para luego ver el arcoiris. Con mucho amor, todo es posible.

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