miércoles, 17 de octubre de 2012

Un pequeño fragmento reflexivo


Colin Wilson, hoy un escritor consagrado, describe su tentativa de suicidio a los 16 años: "Entré en el

laboratorio de química de la escuela, y tomé la botella de veneno. Coloqué un vaso delante de mí, lo miré

bastante, reparé en su color, e imaginé el posible gusto que tendría. Entonces, aproximé el ácido a mi rostro, y

sentí su olor; en ese momento, mi mente dio un salto al futuro – y yo podía sentirlo quemando mi garganta,

abriendo un agujero en mi estómago. La sensación de los daños causados por el ácido era tan real, que

parecía que ya lo había bebido. Fue entonces que tuve la certeza de que no quería eso. Me quede algunos

momentos sosteniendo el vaso entre mis manos, saboreando la posibilidad de la muerte, hasta pensar para mí

mismo: si soy valiente para matarme, también soy valiente para continuar viviendo."

1 comentarios:

  1. ¡Qué gran publicación! Hay situaciones en la vida que realmente nos dejan sin aliento, sin ganas de seguir dando la cara... las circunstancias nos convencen de que ya no hay alternativas y hasta respirar muchas veces duele... Pero, son solo momentos, solo circunstancias, solo etapas. Todo pasa en esta vida... asi que es cuestión de tener paciencia y esperar un poco más hasta que nuevamente el sol vuelva a brillar en nuestras vidas.

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